El tránsito de Venus de 2012

Imagen del tránsito de Venus de 2004
Un tránsito de Venus por delante del disco solar es un fenómeno bastante raro que sólo podemos observar 4 veces cada 243 años. El más reciente ocurrió el 8 de junio de 2004 y unos 8 años después -el próximo 6 de junio- tendrá lugar el siguiente y último de este siglo (habrá que esperar hasta el 11 de diciembre de 2117 para observar otro). ¿Por qué es tan poco frecuente y no ocurre en cada conjunción inferior de este planeta? El motivo es análogo al hecho de que no se produzca un eclipse cada vez que hay Luna llena o nueva: las órbitas no están en el mismo plano y presentan cierto ángulo. El plano orbital de Venus tiene una inclinación de 3,39º respecto al de la Tierra, de modo que para acontecer una alineación perfecta Tierra-Venus-Sol tiene que coincidir la conjunción inferior con el paso de Venus por la eclíptica (es decir, que en ese momento coincida con el punto en el que la órbita de Venus intersecta al plano orbital terrestre). Esto se produce en junio o diciembre y en pares separados 8 años, estando cada par de tránsitos distanciados más de un siglo entre sí. 

El primero del que se dejó registro fue observado en el siglo XVII, y desde entonces el estudio de los seis tránsitos ocurridos ha tenido una gran importancia para el cálculo de la distancia entre la Tierra y el Sol mediante la medición del efecto de paralaje. Aún hoy (aunque estas distancias se conozcan de forma precisa) se realiza un gran despliegue para seguir tomando mediciones -en cuantos más lugares mejor- que permitan mejores resultados, labor facilitada en gran medida por la existencia de internet (que permite comunicación en tiempo real entre diversas partes del mundo) y la existencia del GPS para obtener un posicionamiento relativamente exacto. De este modo un astrónomo aficionado no sólo encuentra en este evento una ocasión para observar o fotografiar el disco negro de Venus sobre la hirviente esfera solar, sino que puede participar en la toma de datos desde su lugar de observación. Desgraciadamente la Península Ibérica estará en el límite de la zona de visibilidad del tránsito de Venus del 6 de junio de 2012, y sólo podremos observar los momentos finales al amanecer si estamos en la mitad nororiental. No obstante merece la pena conocer algo más sobre este fenómeno.

La observación de un tránsito

Para observar un tránsito de Venus hay que tener en cuenta en primer lugar que tendremos que mirar al Sol, algo que jamás se debe hacer a ojo desnudo sin la adecuada protección, y menos a través de un instrumento óptico. Por tanto toda precaución es poca: debemos dotar a nuestro telescopio de un filtro solar especial (una lámina Baader o Mylar) que esté muy bien sujeto a la parte superior del tubo óptico y asegurarnos de su perfecto estado (sin rajas ni defectos por donde pueda pasar directamente la luz solar). Más nos vale poner empeño en la seguridad pues si -por ejemplo- el filtro se cae o rompe mientras estamos observando, nuestra retina se quemará al instante y perderemos la vista de modo irreversible. Es recomendable también quitar el buscador del telescopio, pues de poco nos servirá aparte de para quemarnos la oreja o la cabellera (a no ser que también le pongamos un filtro para observación solar). Y aún con todas las protecciones posibles no conviene estar mucho tiempo seguido mirando el Sol, siendo aconsejable apartar el ojo del ocular con frecuencia y sobre todo ante la más mínima molestia. Existen otros modos de observar el Sol de forma indirecta -y por tanto seguros- consistentes en proyectar su imagen a través del telescopio en una pantalla.

El tamaño del disco de Venus será menor de un minuto de arco de modo que -teniendo en cuenta que el diámetro aparente del disco solar es de unos 30 minutos- a simple vista se apreciará apenas como un punto negro. Lo más apropiado por tanto para disfrutar este evento es observarlo con un telescopio, bien por proyección o bien directamente con filtro solar. Un tránsito de Venus dura unas seis horas pero los momentos más interesantes son aquellos en los que el disco del planeta contacta con el disco solar, algo que ocurre cuatro veces -dos al inicio y dos al final- y en los que se puede observar el efecto de gota negra (ilusión debida en parte a la turbulencia de nuestra atmósfera).

Ilusión de la "gota negra"en el segundo contacto del tránsito de Venus de 2004

Cuando Venus está parcialmente sobre el disco solar -y con telescopios potentes- puede llegar a observarse un ligero halo que es evidencia de su atmósfera, como se puede apreciar en la siguiente fotografía tomada por un telescopio profesional durante el último tránsito.


Un tránsito de Venus también es un fenómeno muy atractivo para fotografiar a través de un telescopio, especialmente utilizando un filtro H-Alfa que permita obtener detalles de la Cromosfera e incluso alguna protuberancia, como ocurre en las siguientes tomas realizadas por Daniele Gasparri.


El tránsito del 6 de junio de 2012

El tránsito que tendrá lugar entre el 5 y 6 de junio de este año durará 6 horas y 40 minutos, pero desde la Península Ibérica sólo podremos observar los últimos momentos desde la mitad nororiental. El primer contacto tendrá lugar a las 22:09 horas TU (a las 00:09 hora local española) y alcanzará su posición central a las 1:29 TU (3:29 hora local); el tercer contacto ocurrirá a las 4:31 TU y el cuarto a las 4:49 TU.

Esquema de los tránsitos de Venus de 2004 y 2012

Mapa de visibilidad del tránsito de 2012 (click para ampliar)

Visibilidad en la Península Ibérica (click para ampliar)

Como se puede ver en el último mapa, sólo los observadores del tercio nororiental y las islas Baleares podrán disfrutar parcialmente del tránsito justo después del amanecer, mientras que en la banda central que va de Asturias a Murcia sólo se podrá observar el último contacto. En Andalucía habrá que desplazarse a las sierras orientales de Jaén, al Altiplano Granadino o a Almería para verlo finalizar, siendo necesario buscar un horizonte al nordeste muy amplio y despejado, lo que no siempre es sencillo.

El cálculo de la distancia al Sol mediante la medición del paralaje

El paralaje es la desviación de la posición aparente de un objeto al variar el punto desde el que se observa. Es un efecto muy cotidiano que podemos comprobar en un árbol cercano, cuando al desplazarnos varía su posición aparente respecto al paisaje del fondo (o más sencillo aún: poniendo un dedo frente a nosotros y cerrando alternativamente los ojos). Si conocemos la distancia que nos hemos desplazado y medimos los ángulos que en cada caso forma nuestra visual con el árbol y la línea que hemos recorrido es posible obtener la distancia que nos separa del árbol mediante un cálculo trigonométrico. De modo similar existe un efecto de paralaje en las estrellas (más apreciable cuanto más cercanas) que aparentan moverse respecto al fondo de estrellas lejanas conforme nosotros nos desplazamos alrededor del Sol, de modo que la medición de su paralaje permite obtener su distancia.

En un tránsito varía también la posición aparente de Venus sobre el disco Solar en función del lugar de la Tierra desde el que se observa, que será más evidente cuanto más alejados estén los lugares de observación. Por un lado se deben realizar fotografías en el mismo instante (lo que requiere que los observadores estén muy bien coordinados) sobre las que se medirán con precisión las distintas posiciones aparentes de Venus sobre la esfera solar; por otro se deben conocer las coordenadas exactas de los puntos desde los que se toman las medidas. El cálculo de la distancia media de la Tierra al Sol mediante este método tiene una base trigonométrica pero no es sencillo, y el que quiera ver el desarrollo de una versión simplificada puede visitar este enlace o este documento pdf.





Comentarios

Entradas populares